Ruta de las fuentes urbanas (núcleo antiguo)

La idea de este itinerario es dar a conocer las fuentes más destacables del núcleo urbano de Olesa y que están vestidas de historia. La ruta se inicia desde la plaza Fèlix Figueras i Aragay y se encamina hasta el arroyo de Can Carreras (pasando por las calles Salvador Casas, Anselm Clavé y la Clota). Al final de esta última, se encuentra el edificio del Molino de Aceite.

Continuando en dirección norte, encontramos la plaza donde, antiguamente, estaba emplazada la masía de Can Carreras, justo en la confluencia de las calles de la Església, del Sastre y de la Riera. Al lado de la masía, hay una fuente y un lavadero donde iban los vecinos a lavar la ropa. Con el tiempo se derribó y, años después, se construyó una plaza y se instaló una fuente como alegoría al pasado.

Siguiendo camino arriba, podemos observar que el vial presenta muchas curvas y desniveles provocados por la erosión del agua. Enfilando la calle de Santa Oliva, hay una plazoleta con dos fuentes, una de ellas adosada a un pozo, al final del cual hay una mina de 475 metros que se dirige hacia la plaza de les Fonts. El agua que nace en este punto recorre el subsuelo y pasa por debajo de las casas de las calles de Santa Oliva, de la Creu Real y Ample y del callejón de Rampeu. Durante el trayecto de la mina (que no se puede visitar), el agua pasa por 22 pozos que conectan con las salidas de algunas casas.

Volviendo a la ruta, al final de la calle de Santa Oliva, hay otra fuente al lado del portal, que se alimenta de la red general. Un giro a mano izquierda encamina el trayecto de bajada pasando por las calles de la Creu Real y Ample. Entre una y otra, a medio camino, se encuentra la plaza del Reverend Massana, donde hay una fuente de grifo.

A pocos metros, llegamos a la plaza de les Fonts (antiguamente, era la plaza mayor y centro neurálgico de la población). Tras varias remodelaciones, el proyecto de fuente actual presenta un muro con cinco surtidores verticales y, en la esquina del porche, siete surtidores más representados con seis caras de ángeles y una de demonio.

Al inicio de la calle Salvador Casas y cerca de la misma plaza, se encuentra el conocido edificio de los Safaretjos, sede actual de servicios municipales, donde se pueden ver los antiguos lavaderos.

Siguiendo la ruta por la calle Coscoll, justo en la entrada, pasa la mina de la fuente de Roure, que nace en la plaza. El acuífero de esta zona está muy cercano a la superficie. Siguiendo por la misma calle, entre los viales de Dalt y de Baix, hay otra mina, conocida como la mina de la calle de Coscoll, a la que se accede por una pequeña puerta que hay al lado de una de las casas. Esta mina alimenta la fuente de Roure y el agua atraviesa las calles de Baix, de Dalt, de Sant Joan y del Forn. Uno de los accesos a la fuente de Roure es por la calle de Baix hasta llegar a unas escaleras de piedra (o, también, por la riera de Can Llimona). Sin embargo, el agua de la fuente no es potable.

Continuando por el vial del arroyo de Can Llimona, en dirección a la calle Anselm Clavé, encontramos, a la izquierda, un pasaje que lleva a la fuente de Can Solé. Esta ha sido remodelada recientemente con la colocación de la pila original, pero sin el lavadero, que fue derribado junto con la antigua Torre del Sauqué en 1995. Esta fuente vuelve a tener la cara de ángel, popular en la población. En esta fuente hay dos tipos de surtidores de los que mana agua: el de la cara de ángel, que es potable (viene de la plaza de les Fonts), y el del plato de la pila, que no es potable (el agua sale de la antigua fuente de Can Solé).

Esta es la última fuente de la ruta, que acaba en la plaza Fèlix Figueras i Aragay.

De la historia al patrimonio

El pozo de la plazoleta de Santa Oliva mide unos 19 metros y tiene un gran caudal de aproximadamente 100 m³/hora.

La parte más alta del arroyo de Can Carreras (al inicio de la calle de Santa Oliva) también se conoce como la riera de las Comes.

De la plaza de les Fonts se podría escribir un libro entero. A lo largo de los años, ha sufrido diferentes remodelaciones que han comportado la construcción de diferentes tipos de fuentes. En un origen, se constata la alberca de la Bareia como primer punto de agua en siglos pasados. Posteriormente, se decide construir una fuente hundida y con una columna central con diferentes grabados. Las incómodas condiciones de tener que subir las escaleras con garrafas llenas y las condiciones higiénicas del espacio hacen que el gobierno municipal decidiese elevar la fuente con un monumento del escultor olesano Amadeu Paltor.

Al lado de la plaza del Reverend Massana, nace la calle de Santa Paula Montal, en la cual está el convento —donde reposan las reliquias de la santa— y la escuela de las Escolapias.

(Ruta elaborada por Joan Soler Gironès)