Convento de las Madres Escolapias y cámara de Santa Paula Montal

Los amantes del turismo religioso no pueden dejar pasar la oportunidad de visitar el espacio museístico que se ha creado en torno a la figura de Santa Paula Montal de Sant Josep de Calasanç. Los restos de la santa descansan en una arqueta de plata en el altar mayor de la capilla del convento de las Madres Escolapias de Olesa.

Venerada y ensalzada a nivel popular, Paula Montal pasó sus últimos años de vida en la población en la que, en 1859, fundó el colegio que todavía funciona en la actualidad.

En un principio, la comunidad de las Escuelas Pías había ocupado un inmueble en la calle Ample. En 1879, adquirió una antigua casa solariega, con fecha del siglo XVII, que fue reformada y acogió el convento y la escuela. En un anexo se construyó la capilla. La calle donde se encuentra ubicado el edificio ha sido bautizada con el nombre de la santa.

Símbolo, espacio y museo es lo que aporta la visita al convento de las Escolapias de Olesa. La capilla, dedicada a la Virgen de Montserrat, es un espacio de culto y de reposo de los restos de la santa. La mesa del comedor (refectorio) que hizo construir la Madre Paula Montal es redonda, abierta y sin astillas, e invita a la hermandad. La vajilla, los libros y las labores hechas con sus manos se exponen en diferentes espacios del convento. El despacho que ocupó se ha convertido en sacristía y biblioteca. En la cámara todavía permanece intacto el lecho en el que murió Paula Montal en 1889. Y, en el patio del colegio, se erigen la palmera y el granado que ella misma plantó.

Santa Paula Montal

Paula Montal i Farnés nació en Arenys de Mar el 11 de octubre de 1799. En 1829 fundó la Congregación Hijas de María, Religiosas de las Escuelas Pías, con la que abrió un total de siete escuelas públicas para niñas: la de Olesa fue la última y, también, donde pasó los últimos años de su vida hasta que murió el 26 de febrero de 1889. Considerada una avanzada en su tiempo, Paula Montal trabajó incansablemente por ofrecer una enseñanza gratuita para niñas, algo impensable en la España de aquel momento. El papa Juan Pablo II, enalteciendo sus virtudes, la declaró venerable el 28 de diciembre de 1988. El mismo Papa la beatificó el 18 de abril de 1993 y la canonizó el 25 de noviembre de 2001.